El cambio en el mediocampo del Milan

 


El centro del campo del Milan necesitaba recuperarse tras la lesión de Ismael Bennacer y la venta de Sandro Tonali, pero los primeros signos son muy positivos.


En la primera jornada contra el Bolonia, Tijjani Reijnders se convirtió en el jugador que más corrió en la Serie A durante toda la jornada: 12,8 km. En el Campeonato Mundial de Atletismo, esto son más de 30 vueltas a la pista.

 

Sí, por un lado, este número tiene una importancia relativa (lo importante es cómo corres, no cuánto corres), por otro lado, es una señal de tendencia. El Milan ha cambiado mucho en el centro del campo y Reijnders está a la cabeza.

 

Mención aparte merece Ruben Loftus-Cheek, que participó directamente en el primer gol del sábado con una asistencia a Christian Pulisic. Contra el Torino, él y Reijnders estuvieron casi perfectos, y el Milan aprovechó su nueva energía.

 

Dos adquisiciones de (aproximadamente) 20 millones de euros cada una trajeron consigo carrera, fuerza física y otras cualidades que el Milan no tenía. Tijjani hace todo con gran sencillez, pero lo hace todo bien, haciendo que las piezas no triviales parezcan sencillas.

 

Suele mantener la cabeza en alto y el deseo de jugar hacia adelante es evidente. En las dos primeras rondas, solo hizo cuatro pases imprecisos, lo que también dice mucho sobre su efectividad.

 

Loftus-Cheek es otro jugador, quizás menos glamoroso, pero no menos importante. Stefano Pioli lo pidió específicamente y, al fin y al cabo, Pioli siempre ha sido el mayor admirador de Sergei Milinkovic-Savic.


El serbio tiene un físico impresionante, como Loftus-Cheek, y la capacidad de jugar como un centrocampista de pleno derecho útil en ambos extremos del campo. Loftus-Cheek no es sólo una figura extravagante, como lo han demostrado sus intervenciones.

 

La comparación con el centro del campo en la primavera de 2023 es intrigante porque todo ha cambiado: posiciones, formaciones y selecciones en la fase sin balón. Físicamente, sin embargo, la comparación es sencilla.

 

Pioli ha perdido a Sandro Tonali y, por ahora, a Ismael Bennacer, que no regresará hasta 2024, dos jugadores fuertes pero diferentes. Con Loftus-Cheek, los Rossoneri ganaron tamaño y estatura, perdiendo agresividad pero no técnica.

 

Rubén mide 191 cm y pesa 88 kg y los aficionados del Milán están ansiosos por verlo el 16 de septiembre contra el Inter, que ha ganado todos los derbis en 2023 gracias a su dominio absoluto en las zonas centrales.

 

El Milan juega de otra manera. En parte porque Pioli tiene dos mezzalas, Loftus-Cheek y Reinders, capaces de mantenerse por delante de la defensa y 20 metros por delante, y en parte por la fluidez del equipo.

 

Formalmente, el Milan utiliza un centrocampista más profundo, Rade Krunic, y dos jugadores que juegan de área en área. Siendo realistas, tan pronto como comienza el juego con Mike Meignan, al menos uno entre Davide Calabria y Theo Hernandez se cargan un poco hacia el medio del campo.

 

La idea es clara: llevar a los laterales a la zona central para aumentar la densidad y la calidad de la circulación del balón para que llegue más rápido a Christian Pulisic y Rafa Leao.

 

Mientras funcione, el Milan se vuelve aún más vertical, más directo. Ahora lo importante es que estas impresiones positivas se confirmen en los partidos contra la Roma y el Inter.


FUENTE: La Gazzetta dello Sport

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